Ante la ruina de nuestros barrios no caben medias tintas. Fuera casas de apuestas.

Fuera casas de apuestas

En el estado español hay más de 3500 locales de juego de azar, a los que hay que sumar la infinidad de sitios online donde apostar. La liberalización casi total de este sector en el año 2013 ha supuesto una fuente de ingresos con la que el capital recupera parte de su tasa de ganancia perdida durante la crisis capitalista. Ganancias brutales de este negocio que ascienden a 750 millones de euros netos en 2019 y nacen de la imposibilidad de que el jugador gane. Los juegos de azar no son una forma de ocio, son un robo.

Los barrios se están organizando y cada semana podemos ver un nuevo ejemplo de resistencia vecinal. La consigna con la que los barrios se están levantando es “Fuera casas de apuestas de nuestro barrio. La única regulación es la prohibición”. Así, nuestro papel como Juventud Comunista no es otro que la de apoyar hasta la última consecuencia esta reivindicación.

También, nuestra responsabilidad es participar en estos movimientos populares y señalar a aquellos miembros de la socialdemocracia que también participan en estas luchas y pretenden frenar la rabia de los barrios con salidas institucionales, una conciliación con la patronal o una alternativa en el ocio digno. En este sentido, es nuestra responsabilidad apuntar claramente al papel que están jugando los partidos engañaobreros y los autodenominados “comunistas”, con el ministro Alberto Garzón a la cabeza, en frenar el ímpetu de los barrios y colocarnos bajo los intereses de la burguesía.

Esto se ejemplifica de manera sencilla con el lamentable ridículo de la rueda de prensa de Alberto Garzón, aplaudiendo como victoria el hecho de que se permitan anuncios de juegos de azar en horarios de máxima audiencia. Rueda de prensa, tras la cual, las acciones en bolsa del grupo Codere dispararon su valor.
Negamos también la concepción de un “ocio alternativo” o un “ocio digno”, pues esto supondría asumir que la drogadicción y la ludopatía son formas de ocio, cuando en ningún caso lo son. Son solo alienación y robo a nuestra clase. Por supuesto, es nuestro deber defender el ocio en los barrios como un derecho de la clase obrera. Pero no derivar la lucha por el cierre de las casas de apuestas hacia la lucha por un ocio alternativo. Son dos cuestiones totalmente separadas, y su unión supone abandonar la lucha por una de ellas.

La lacra de las apuestas silencia y doblega a una juventud de extracción obrera y popular precaria, que en apariencia se encuentra en un callejón sin salida, pero no es cierto, hay futuro para la juventud de la clase obrera. Apostamos por la confrontación directa contra el problema. “Fuera casas de apuestas de nuestros barrios”, sin tibieza, medias tintas, ni salidas que eluden el problema de base, y por el fortalecimiento de un tejido social en disposición de luchar y capaz de proponer un nuevo modelo de sociedad que sitúe en su eje central sus propios intereses: los de la clase obrera y los sectores populares.

Además, proponemos una serie de medidas con las que trabajar este movimiento como son:

  • Cierre inmediato de los locales de apuestas.
  • Prohibición del Juego Online.
  • Aumento de la dotación a los centros de atención a la dependencia (CAD y CAID).
  • Solvencia de la deuda contraída por los ludópatas con los bancos y empresas de préstamos.
  • Recolocación de todas y todos los trabajadores.

Secretariado de la JCPE.