La reforma de la ley de seguridad ciudadana no supone el fin de la represión.
Recientemente, desde los partidos de la coalición nos anunciaban por todos los medios la derogación de la ley mordaza. Y ahora vemos como los sectores más reaccionarios de la policía, con el apoyo de la derecha española, se escandalizan ante lo que según ellos supone nuevamente casi la caída en el caos absoluto.
Pero realmente esto es solamente una gran campaña de marketing político con el objetivo de hacernos creer lo que realmente no es. Hablan de derogar la ley mordaza, pero a día de hoy solamente está en marcha una simple reforma promovida por la derecha vasca.
Y esta alarma que intentan vendernos sindicatos como Jusapol, sindicato relacionado con Vox y el PP, carece de sustento real. Principalmente, responde a los intereses partidistas y una alerta ante la limitación de la impunidad total de los cuerpos represivos.
Como ha sucedido con la reforma laboral. Anunciaron por todo lo alto y en todos los medios que iban a derogar la reforma laboral, pero a las pocas semanas nos decían que “técnicamente” no era posible. Lo cual es completamente falso, ya que mientras se tenga los escaños suficientes es posible cambiar o derogar cualquier ley. Y en el caso de la reforma laboral lo único que es necesario es proponer un texto alternativo, para no dejar sin regulación esos aspectos.
Irónicamente, esta reforma no serviría ni para que el que fue diputado de Podemos, Alberto Rodríguez, no fuera condenado si se repitiera el juicio. Ya que en la última versión del texto no hacían ningún cambio en el artículo 52, el que permite que seas condenado solamente con la palabra de un policía. Ahora dicen que se reformulara para acabar diciendo lo mismo. Esta presunción de veracidad ha sido usada una vez tras otra para crear montajes policiales y así poder reprimir los movimientos sociales.
La juventud concienciada y organizada hemos sido uno de los grandes perjudicados con esta ley. Podemos contar por cientos las cargas policiales injustificadas o en varios miles las multas motivadas por motivos políticos. En nuestra militancia diaria vemos que muchas veces ser multado depende más de lo de derechas que sea el agente de turno, que lo que verdaderamente hemos hecho.
Aunque nos vendan que va a suponer grandes cambios, realmente no es más que una justificación política. Parte de los artículos pasarían al código penal, en vez de multarte por la ley mordaza lo hacen con el código penal. O se cambia la redacción de algún artículo para decir lo mismo.
La juventud seguiremos siendo la presa fácil, los jóvenes a los que hay que aplicar mano dura para dar ejemplo, al joven que le multan o encausan por la cuestión más insignificante, a quienes cachean, registran o golpean en una manifestación simplemente porque toca criminalizar en los medios esa lucha. Quienes tenemos que sufrir insultos y provocaciones para justificar una sanción. Todo esto lo hemos sufrido directamente desde la JCPE y el PCPE, también cientos de compañeras y compañeros de lucha.
Esto deja al descubierto la completa ineficacia de la socialdemocracia. Desde el marxismo entendemos el estado como la estructura para garantizar la dominación de una clase social sobre otra. Por eso la socialdemocracia nunca podrá renunciar a la represión, porque nunca va a dejar de estar al servicio de las clases dominantes actuales. Como máximo pueden vendernos una moderación de esta.
En resumen, ni se va a derogar la reforma laboral, ni la ley mordaza. Estas reformas no acabarán con la represión, solo son un adorno al sistema. Solamente superando las contradicciones entre clases será posible terminar con la represión. Desde la JCPE y el PCPE no vemos ninguna victoria en vender migajas como grandes triunfos y condenamos toda la represión contra nuestra clase, como la que hemos estos días en la huelga del Metal de Cádiz.